En estas páginas, veintitrés autores reflexionan con total libertad y, desde su oficio, exponen sus ideas sobre la identidad y la música. Debaten entre sí secretamente acerca de la necesidad del ser humano de definirse y afirmarse, de fijar pertenencias, pero también de marcar diferencias, y llegan a consensos tácitos y críticos sobre el indiscutible papel que en este proceso tiene la música como invaluable medio de expresión identitaria. Se entiende la identidad como un sistema de valores culturales, una idea del mundo, de la realidad, pero también de lo que hay más allá de lo inmanente, como deseo innato de trascendencia. Para determinar el sentido de una identidad, individual o colectiva, propia o del otro, la másica, toda ella identidad sonora, se revela como un elemento esencial.