Breves instrucciones, pistas y claves para leer a Volovich Debe hacer un esfuerzo por aceptar que dios (así, con minúscula, porque así lo escribe el autor) muy probablemente murió ya en Israel y en la Palestina musulmana y cristiana. Debe preguntarse cuál es la razón por lo que no había leído antes estas crónicas, estos relatos (no, no es reproche pero, ¿dónde estaba usted?). ¿Son crónicas, reportajes, cuentos? Sí, Autobiográficos y no. En ellos el autor transita angustiosamente del infierno en el Medio Oriente al infierno semitropical mexicano; de la guerra eterna árabe-israelí a la guerra contra-entre el narco que podría volverse eterna. En ningún momento pierda la confianza en este narrador. Él sabe por dónde los guía. Y sabe a dónde va. Sí, es judío, pero también mexicano. Ha vivido lo mejor y lo peor de esos dos mundos (y es menos judío y menos mexicano que muchos de nosotros). Su prosa fluida toma tanto de la amargura de Groucho como del humor de Cioran. Dios murió -también- en las calles de la Ciudad de México y la Cruz Roja no quiso levantarlo. Aquí no hay mentiras, no hay artificios, no hay imposturas. Si eso es lo que necesita lea a otro autor.

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