JUVENTUD Y LA AUTORIDAD, LA

JUVENTUD Y LA AUTORIDAD, LA
Compartir:

Al observar a un niño de unos cuantos días de nacido, asombra la pureza y la limpieza de su mirada, el tono nacarado de su piel, las conjuntivas impolutas, la belleza de su cabello que apenas nace. Luego, al pensar en lo que va a ocurrirles con el transcurrir del tiempo, sobreviene una especie de calosfrío pesimista y depresivo: se endurecerá, la piel se tornará áspera y grisácea, los ojos opacos y las conjuntivas impregnadas de residuos, el cabello cano, reseco y escaso: esto es, que se hará viejo. Sobrevendrá la enfermedad, el dolor y la muerte, pero antes, los que sufren de estas cosas habrán envejecido en su interior, en su psicología o en su alma y su mente.

Detalles