Tanto la teoría como la práctica de la animación sociocultural se suele vincular preferentemente al ámbito de la educación no formal (aquellos procesos educativos sistemáticos e intencionales acaecidos fuera del sistema escolar, reglado y oficial de un país: egb, enseñanzas medias, universidad), llegándose a fusionar, en este sentido, con lo que no es sino una de sus vertientes: la educación en el tiempo libre. Pero lo cierto es que la animación sociocultural (a.s.c.) interviene también en otros espacios y tiempos no necesariamente de ocio o extraescolares. Este es el caso de la intervención sociocultural en centros de enseñanza. El espacio escolar constituye un ámbito innovador y privilegiado para llevar a cabo programas de animación sociocultural con jóvenes. De ahí que lo primero que debemos afirmar, en consecuencia, es que la a.s.c. no se desarrolla únicamente dentro de la educación no formal, sino también es susceptible de utilizarse en la educación formal. Aunque esta segunda dimensión sea menos conocida y experimentada que la más tradicional relacionada con el tiempo de ocio, lo cierto es que mis años de experiencia en este campo me han demostrado con creces, las insospechadas y múltiples posibilidades que este inusual campo de intervención reporta a la a.s.c..