Marcela lleva una manzana para comérsela en lo alto de la colina. Pero la manzana se le cae de las manos y empieza a rodar colina abajo. ¡Socorro! Imposible atraparla. Por suerte, el conejo y la ardilla son rápidos. Por suerte, la espalda del oso es robusta. Cada uno, a su manera, ayuda a Marcela. ¡Uf! La manzana es recuperada intacta. Hummm… tiene buena pinta. A todos les apetece probarla. Seguro que sabe mejor si la comparten.

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