Este libro de Sergio Arau nos enfrenta de lleno ante los horrores y las angustias del mundo contemporáneo, aunque el humor y la inteligencia sirven (por suerte) de vehículos exorcizantes. Aquí tenemos, primero, el enigma del tiempo y otras cuestiones «neta físicas» que sirven de base para examinar de cerca las distintas formas de enajenación del hombre urbano: las dificultades de la comunicación (las lenguas que atan), el amor que se despeña en los abismos pero que también eleva, el erotismo que se vuelve cárcel, la contaminación cada vez más opresiva y asfixiante, los objetos materiales que se convierten en formas de estrangulamiento y, por último, los laberintos de la televisión y el alcoholismo (tan adictivo uno como el otro). Ya con este panorama (no extraña que los personajes vistan a rayas, como prisioneros), Sergio Arau, artista talentoso, puede entonces pues lo que sigue (y culmina el libro) es una visión del México de fin de milenio: la crisis económica, la corrupción y otros abismos de la política.

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