Uno de los libros más esperados del año según The Guardian o The Times, por la autora de Mi año de descanso y relajación, ganadora de los premios PEN/Hemingway, Puschcart y O. HenryEn el pueblo medieval de Lapvona, el pequeño Marek vive en la más absoluta pobreza con su devoto padre, Jude, que quedó viudo tras el parto. Marek cojea, tiene una cara deforme y una concepción distorsionada de la realidad. Su única consolación son sus visitas a Ina, la nodriza del pueblo, una anciana medio bruja. Por encima de todos están el Padre Barnabás y el déspota Villiam, señor feudal de Lapvona. Una muerte violenta sitúa a Marek en el epicentro de la vida palaciega. Pero todo cambia cuando una misteriosa mujer embarazada, de rasgos similares a los de Marek, se traslada a palacio. Una hipnótica historia donde se funden la brujería, la superstición y la crudeza, y que pone de manifiesto su "brillante intelecto y mente insaciable" (New York Times).La crítica dice: "Los fans de Mi año de descanso y relajación no quedarán decepcionados [...] Lapvona se sumerge tanto en la depravación, la tortura y la avaricia como el resto de su obra. [...] Una novela que explora los elementos más perturbadores de la naturaleza humana [... Moshfegh no está aquí para hacerte sentir bien por cómo está el mundo: está aquí para mostrar el lado sórdido de las estructuras hechas para mantener unida a la sociedad: la familia, la clase, las relaciones románticas, las jerarquías de poder y la religión. Hay una desagradable sensación de éxtasis que, aunque inquietante, también resulta estimulante por su complejidad moral y su humor negro. [...] Cuanto más avanza esta historia medieval tan profundamente extraña, más se comprende que la novela [...] utiliza el pasado para construir una crítica incisiva de lo que somos ahora: las fuerzas depravadas e irracionales que se sitúan bajo la superficie de las apariencias de la buena educación. La genial idad de Moshfegh está en su capacidad para rasgar el velo, para desvelar los horrores que hay tras ello, con una escritura tan convincente y desoladoramente divertida que no podemos permitirnos mirar hacia otro lado". Rebecca Tamás "Como Hamlet, Moshfegh tiene que ser cruel para poder ser cercana. Sus protagonistas son repugnantes y abrasivos porque ya han empezado a mudar; cuando apartamos la ostentosa misantropía, vemos que son gente sola, sensible, desesperada por transformarse, elevarse, escapar". Andrea Long Chu, Vulture

Detalles