Casi todas las semanas del año, Buck Brannaman está en la carretera, cuando clinics donde enseña a los propietarios a comprender mejor y a trabajar con sus caballos para crear una relación basada en la confianza y el respeto en vez de en la fuerza. Sus métodos están basados en la comunicación con ellos, en leer su lenguaje corporal y hacerles sentirse seguros para que el caballo y el jinete puedan alcanzar una verdadera unión. La habilidad de Buck para entrenar a potros y reformar a caballos perturbados se ha convertido en legendaria, de hecho, el principal personaje de la película de Robert Redford, El Hombre que Susurraba a los Caballos está basado, en gran medida, en él, y trabajó como consultor técnico con el director durante el rodaje.