Amos Decker era la única persona de Burlington, su ciudad natal, que se convirtió en jugador profesional de fútbol americano, pero su carrera terminó antes de comenzar. Un violento choque de su cabeza contra la de un rival lo expulsó del campo para siempre y le provocó un extraño efecto secundario: nunca puede olvidar nada. Dos décadas más tarde, su vida volvió a sufrir un dramático cambio. Decker, convertido en inspector de policía, regresó una noche a su casa y entró en una pesadilla: su mujer, su hija y su cuñado habían sido asesinados.

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