Del miasma primigenio del Madrid proto-friki, Darío Adanti y Jordi Costa emergen como cronistas compulsivos de una evolución sin garantías. Los esbozos que hoy tenéis en vuestras manos son una suerte de pinturas de Altamira que registran convulsas impresiones y apremiantes bosquejos de un hoy y un aquí que pocos se han molestado en registrar en papel. ¡Viva la nueva carne! En estas líneas os topareis con personajes surgidos del Apocalipsis post-movida que deambulan por el mundo, acarreando detrás una estela de cacharros culturales tan diversos como sorprendentes. Por ahí os toparéis con Leonardo DiCaprio, la iluminada Sofia Coppola (cuyo cine yo admiro, pero Jordi y Darío, no), Godzilla, Julio Medem o un servidor. Y sin formol. Vivitos y coleando. En un hábitat cuidadosamente reproducido para crear la ilusión, como en todo zoo, de estar mirándoles en libertad. Nuestra propia fortuna y lo que de freak existe en nosotros. Pobrecillas criaturas, tan deformes y, sin embargo, tan parecidas a nosotros. Este espacio de reflexión contemporánea es privilegio del subconsciente pero rara vez de la crónica. Cual episodio de "Los Simpson", la transición encierra la magia: ese pasar de un tema a otro, de la persecución al gag, de la confesión al insulto y luego, sin esfuerzo aparente, a la revelación espiritual. El libro que hoy está a su disposición recoge los frutos más selectos de un par de mentes inquietas y proteicas. Al leer estas páginas nos volvemos pasajeros en un taxi que deambula por ahí, que nos guía la mirada aparentemente sin esfuerzo y nos regala con un discurso interior que parece nuestro, pero es ajeno y que es capaz de transformar lo banal en lo sublime y viceversa. En este zoo, ¿de qué lado de la jaula despertamos hoy?