El 17 de septiembre de 1973 fue asesinado en Monterrey Eugenio Garza Sada, presidente del Consorcio Industrial Cervecería, corazón del llamado grupo Monterrey, sin duda el empresario más importante de su generación. Desde entonces hasta hoy no ha existido una versión oficial convincente sobre lo ocurrido aquel día. Por esta razón, entre otras, esa herida sigue abierta. La muerte de Garza Sada es uno de los capítulos más oscuros de nuestra historia, en el que se engarzan desde la aventura política de grupos armados radicales hasta especulaciones políticas del poder para restarle espacio a la iniciativa privada regiomontana, que había crecido con principios ideológicos diferentes de los del centro del país. Desde un año y medio antes del homicidio, la entonces Dirección Federal de Seguridad tenía conocimiento de quiénes integraban el comando que planeaba el secuestro de Garza Sada para obtener cinco millones de pesos y la liberación de un grupo de presos políticos. Los documentos que sustentan este libro confirman que el gobierno de Luis Echeverría sabía que se cometería el secuestro de Garza Sada.

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