Daka y Silvana Tepes, dos chicas de doce años, gemelas, hijas de humana y vampiro, acaban de regresar de unas vacaciones en el poblado vampírico de Rumania de donde procede su padre, y al que las acompañó Helene su mejor amiga. Por culpa de ésta, un joven supervampiro del que se había enamorado, sufrió un coma producido por una sobredosis de ajo. Para vengarlo, unos vampiros transgigantes de su misma especie se trasladan a la pequeña ciudad de Alemania donde viven Helene y las dos hermanas semivampiras. La acción, dinámica, imaginativa e impregnada de humor narra la batalla entre la familia Tepes al completo,los dos amigos de las chicas, Ludo y Helene y los supervampiros, cuyo desenlace corre a cuenta involuntariamente del cazavampiros que ya ha intervenido en otros episodios de la serie al que esta novela pertenece. La breve extensión de la trama que dura apenas una noche se compensa por la acumulación de acontecimientos que en ella se suceden y por el ritmo vertiginoso con que se enlazan unos con otros. Además la intervención de un espíritu benéfico con el que Ludo puede conectar gracias a su sensibilidad extrasensorial, pone una nota calida y tierna en la divertida y esperpéntica trama escrita con buen manejo del idioma puesto de manifiesto por una correcta traducción. La obra es entretenida como todas las de la serie a la que pertenece, pero la autora, igual que en las anteriores, procura que cada una tenga su sello particular sin dejar de armonizar con el resto.