Hay dos maneras de pensar el psicodrama. Una propugna que la persona es una entidad profunda y que todo consiste en su exteriorización, en su expansión expresiva. Para la otra, no se trata de lo que la persona contiene, sino de una relación: toda relación de sujeto a sujeto es una relación lingüística. Y donde hay lenguaje, se sabe, hay demanda de garantías, referencias a pactos, legalidades, fidelidades, obediencias. Si la cura no puede ser entendida entonces como descarga, ¿en que puede o debe consistir la acción del psicodramatista? Brevemente: se trata de reemplazar una ideología de la expresión por una teoría sobre inscripciones. El fin y el objetivo - los ejemplos de Safouan son ilustrativos - de la acción psicodramática no son otros que reinscribir al sujeto en su historia, o bien, es lo mismo, en inscribir las condiciones de esa historia en el sujeto.
Detalles
- Editorial: ARGONAUTA
- Materia Psicología general
- ISBN: 9789509282865