Con el arribo de la democracia al país, la Suprema Corte de Justicia enfrentó una exigencia por parte de la sociedad civil: ceñirse a una regla de transparencia acorde a los nuevos tiempos. Desde entonces, la Corte ha impulsado una serie de políticas públicas encaminadas a abrir al escrutinio público su desempeño. Una respuesta medular ante tal reclamo fue crear un canal de televisión cuyo principal objetivo fuera transmitir en vivo las discusiones entre los ministros. A ello, a partir de 2005, se sumó otro singular detalle a su proceso de decisión: los debates ahora también serían mediáticos. Pero ¿acaso el ojo mediático en verdad es el mejor instrumento para alcanzar la transparencia en la Suprema Corte? A esta y otras preguntas, desde una mirada interdisciplinaria, contesta el agudo ensayo que tiene el lector en sus manos, que reflexiona sobre uno de los aspectos más relevantes de la Suprema Corte, pero que con frecuencia se olvida: su proceso de decisión.