Dentro de la corriente unitarista del derecho procesal hay una opinión que considera que los conceptos fundamentales de dicho derecho son la acción, la jurisdicción y el proceso mismo. Cada uno de estos conceptos constituye el objeto de estudio de cada una de las partes en que se divide este libro. En la parte relativa a la acción se contempla el proceso desde el punto de vista de una de las clases de sujetos que intervienen en él: las partes en conflicto. En la concerniente a la jurisdicción o función jurisdiccional se considera el proceso desde la óptica de la otra clase: el juez. Con la actividad de ambas clases de sujetos, las partes y el juez, y con la de los terceros que son llamados a juicio y concurren a él, se forma el proceso, cuyos lineamientos generales dan materia a la tercera parte de esta obra. En este apartado, se examinan de manera sucinta las etapas, fases o periodos de cada uno de los procesos en concreto, pues éstos son materia de cada una de las ramas particulares del tronco común del derecho procesal en general; cada clase de proceso es estudiada por cada una de tales ramas: el proceso civil, por el derecho procesal civil; el proceso penal, por el derecho procesal penal; el proceso laboral, por el derecho procesal del trabajo, etc. De éstos únicamente se exponen los elementos que son comunes a cada uno de ellos. De lo que se trata en este libro, en general, es de distinguir el procedimiento propiamente procesal de otros procedimientos que, aun siendo también judiciales porque conoce de ellos un juez, no son procesales, sino “paraprocesales”, según la denominación que les dan algunos procesalistas. El objetivo fundamental de esta obra es guiar al que se interna en los vericuetos del proceso, conduciéndolo por el camino principal que lo llevará a comprender el significado propio de aquél.

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