Una historia de la hormona que nos domina, nos divide y nos impulsa El origen biológico de la masculinidad ha inspirado fascinación y controversia desde la antigüedad. Desde los eunucos de la antigua China, hasta el mercado de los "elixires" de juventud en la Europa del siglo XIX, el ser humano ha estado obsesionado con identificar y manipular lo que hoy conocemos como testosterona. Gracias al interés que sigue generando y a los métodos de la ciencia moderna, hoy disponemos de un rico corpus de investigación sobre sus efectos tanto en hombres como en mujeres. La ciencia es clara: la testosterona desempeña un papel clave en las relaciones, el sexo, la infancia, los roles parentales, el trabajo, el deporte, las transiciones de género, la violencia...

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