La complejidad del paciente grave requiere de un abordaje multidisciplinario en el que los marcadores de diferente índole son fundamenta les para asegurar las mejores estrategias diagnósticas y terapéuticas. El este sentido, la ultrasonografía se ha posicionado como una herramienta fundamental en las unidades de medicina intensiva, ya que hl permitido un diagnóstico y unos manejos más racionales, así como el seguimiento e impacto en tiempo real y continuo en diferentes variables intervenciones. Estamos inmersos en una nueva era a la que hemos denominad( "medicina visual", la que nos permite una evaluación directa de lo que( hace algunos años imaginábamos o, en el mejor de los casos, inferíamos por diferentes deducciones teóricas, basadas en variables estática; y no siempre con una adecuada correlación con lo que estaba sucediendo en tiempo real. El ultrasonido es el estetoscopio del siglo XXI.

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