Cuando comencé a desempeñar el cargo de Procurador General de la República conocía en algunos aspectos los problemas de esa dependencia. Desde la Comisión Nacional de Derechos Humanos me había interiorizado en algunas de las delicadas situaciones que aquejaban a la Institución; sin embargo, no fue sino hasta que estuve laborando en ella cuando conocí con detalle la profunda problemática que ha impedido la correcta y eficiente procuración de justicia que exige, y con toda razón, el pueblo mexicano. Mi primera tarea consistió en comenzar a diagnosticarla, pero tomando decisiones al mismo tiempo. No había que perder un solo día. Dos meses después hice públicos sus defectos y carencias, para que la sociedad conociera cuál era nuestro punto de partida y pudiera evaluar objetivamente los progresos que estaba decidido alcanzar. No solamente eso diagnóstico, sino las metas y los objetivos de trabajo y los asuntos más delicados, fueron publicados con el propósito de ir dejando un testimonio histórico. Muchos de esos documentos se han agostado, sin embargo los temas que contienen siguen ocupando un lugar relevante en el debate cotidiano. Por ello decidí recopilarlos en esta obra para que sirvan de referencia a todos los que quieran conocer de cerca, aunque sea brevemente, la intensa actividad de la Procuraduría General dela República a lo largo de 1993.