Hoy en día nos enfrentamos a un capitalismo que está reconstruyendo todos los niveles y {ámbitos de la vida humana y del planeta en su totalidad. El plan, ya casi implementado por completo, es subsumir de manera real todas las dimensiones de la vida humana, convirtiendo en mercancía cualquier necesidad y produciendo, paso a paso, cada vez más nuevas necesidades que se traduzcan en gadgets. Las jornadas laborales se han desdibujado y gracias a las nuevas tecnologías, como las computadoras personales y las tablets, el trabajo está instalado en cualquier hora y en cualquier lugar. De la misma manera, ya no son necesarios los capataces que ordenan el trabajo, la compulsión a éste se ha instalado en el interior de cada individuo en forma de “súper yo” y cualquier falla o carencia de competitividad se expresa como depresión o en forma de algún trastorno psicológico.