La irrupción de la COVID-19 trastocó todos los órdenes de la vida humana: sanitario, laboral, educativo, económico, etcétera, entre los que se encuentra, por supuesto, el ámbito hogareño. El confinamiento derivado de la propagación de la enfermedad puso de relieve el problema de la violencia en la familia, cuya solución, que de manera habitual había sido circunscrita a los límites de la órbita casera, ahora se reclama a las instancias gubernamentales. Precisamente, esta obra colectiva examina las repercusiones de la pandemia en el fenómeno de la violencia doméstica —poniendo énfasis en la ejercida sobre mujeres, niños y adolescentes— y las medidas adoptadas al respecto por distintas sociedades —mexicana, argentina, brasileña, peruana, cubana y chilena— en el terreno del derecho y la justicia familiares. Tanto la completa y rigurosa exposición como el insuficiente desarrollo del tema de que se está tratando, sobre todo en el campo jurídico, hacen de este libro una obligada fuente de consulta acerca de una cuestión que exige atención inmediata.

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