Un músico se acerca a los cincuenta años y se enfrenta a un corte de caja radical con lo que ha sido su vida. Debe asimilar cómo se siente ante el relativo éxito que ha conseguido, comprobar que la composición y las canciones le siguen provocando sensaciones y sentimientos poderosos. En el camino busca reparar su vida amorosa y tras la marcha de su pareja decide emprender un nuevo álbum dedicado a la soledad. Intensamente entreverado con Cataluña, suelta apuntes sobre el arte y todo lo que le rodea, también escala al pasado y se remonta a una infancia que lo llevó hasta una Centroamérica humilde y rasa. Toda esa bitácora existencial, que incluso aterriza en la España profunda, se hace más urgente ante una inesperada enfermedad de su padre, un hombre al que casi no entiende. Ya no más canciones de amor es también un manifiesto de un apasionado del new romantic, con Ultravox, Soft Cell, Yazoo y Roxy Music, por delante, hasta llegar al pop electrónico del presente. La banda sonora aporta claves para que un creador se mantenga en la ruta y asimile todos los acontecimientos que lo rodean. La música y la diaria escritura como una estrategia de supervivencia.