Cuando Bernardino y su madre parten de la ciudad hacia Santa Rita no se imaginan lo que la vida les depara. Mientras Marcelina siente una profunda incertidumbre por reencontrarse con su familia del pueblo, el niño lleva consigo libros, una pelota, su libreta de quinto grado y sus zapatos nuevos. Todos ellos son objetos que atesora y que forman parte de su historia, ésa que está a punto de cambiar. Un aventurado viaje que visibiliza la importancia de los lazos familiares y alienta el ejercicio de la perseverancia y el autoconocimiento. Silvia Molina (Ciudad de México) es una narradora y ensayista que vivió parte de su niñez en Tepexpan. Este periodo le significó tanto que decidió estudiar Antropología v. posteriormente. Letras Hispánicas. Es miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y su obra ha sido reconocida con diversos premios, como el Sor Juana Inés de la Cruz. Cuando escribió esta historia, evocó su vida en el campo: los atardeceres, el canto de los pájaros y el repicar de las campanas. Elizabeth Bulles (Medellín, Colombia) inició su carrera como ilustradora en la infancia, cuando transformó una D en un hombre con barriga, mientras su tía le enseñaba a leer. Su gusto por el dibujo la llevó a estudiar artes y a incursionar en la ilustración editorial y en la científica pues, entre sus aficiones, está repetir el trabajo de la naturaleza en el papel y sumergirse en el mar, ese gigante de agua que, como ella dice, está lleno de preguntas, animales y cosas raras.

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