Ayer maravilla fui
Blog

Ayer maravilla fui

Alguien dijo que los primeros cuarenta años de infancia son difíciles

Hoy FILO 39 fue para los más pequeños, una avalancha de uniformes escolares inundaron pasillos y salas. La marea era imponente, el público más exigente había llegado y los ponentes sabían que lo más importante era: no aburrir.

El desafío comenzó en el Foro Jóvenes donde la ilustradora chilena Sol Undurraga compartió su vocación, aventuras, puntos de quiebre y renacimientos frente a una sala repleta de niños entre 8 y 10 años. Alternaba conversación con imágenes e ilustraciones realizadas en Chile, México, Brasil, España y Alemania. Mencionó la importancia de reconocer que todos tenemos una fuerza interior para encontrar nuevos horizontes y opciones, lo difícil, a veces, es ponerse en movimiento. Compartió que aunque su nombre Sol también se hace llamar mujer gallina, explica que para un ilustrador es un gran recurso tener dos identidades, ya que con cada uno puede tener un estilo y trabajar dos manos en una. Hacia el final de la charla, aparecieron mujeres guerreras como Rigoberta Menchú, Malala y Carola Rackete, que desde diferentes trincheras se convirtieron en una inspiración para que la ilustradora siga transformando su entorno con sus propios medios de expresión.

Nos quedan 10 minutos antes de las cuatro de la tarde, nos desplazamos hacia uno de los espacios más bonitos de FILO: El foro panorámico. Las puertas se abren de par en par y nos ofrecen una vista única de los cuerpos de agua que rodean el lugar y del azul nítido entre nubes exclusivo del cielo oaxaqueño. Esta mesa tiene un nombre poderoso: otro modo que no se llame, una frase de Rosario Castellanos de Meditación en el umbral. La charla fue moderada por Hernán Bravo quien nos puso en contexto de la compleja trama de dimensiones humanas que representa el lenguaje, especialmente cuando se le ve desde la inclusión, la perspectiva de género y en traducción. Para la traductora y poeta Robin Myers es claro que a lo largo de la historia, al menos de idiomas como el español y el inglés, se ha tomado como universal el género masculino, pero el reto será erradicar desde el lenguaje los múltiples estereotipos que venimos cargando.

Raquel Salas es poeta, traductora y de género no binario, ella va directo  a una interrogante ¿cómo incorporar un verdadero lenguaje inclusivo más allá de la e, la x, la arroba o el siguiente recurso que se proponga? Habla de inclusión es tomar en cuenta a los que no se les habla o escribe, a los que no son tomados en cuenta, cuestionar esto es básico. Paula Abramo, traductora del portugués, reconoció que no tiene una opinión formada y fija del lenguaje inclusivo, quizá porque es algo móvil como la lengua misma. Sin embargo, lo que más le llama la atención en notar en ella una incomodidad mientras traduce, cuando le sale lo masculino en automático, no sabe muy bien cómo resolverlo, pero nota la anomalía y trabaja desde otra perspectiva.

La lingüista y activista mixe Yásnaya Aguilar expande el tema, lo lleva de lo cotidiano y práctico hasta lo simbólico; explica como el lenguaje inclusivo abarca sentimientos, mandatos, experiencias, circunstancias históricas y situaciones actuales. Por ejemplo las reacciones frente al cartel de bienvenida a la entrada de FILO, la gente se enoja, entienden la x pero les molesta, la comunicación sigue abierta pero no del modo tradicional. A Yásnaya le parecen curiosas las razones por las cuales algunas personas ponen como pretexto que es más tardado hablar con lenguaje inclusivo porque lleva más tiempo,  menciona que cuando mucho se provoca un desgaste fonético, lo maravilloso de la oralidad es que podemos hablar cinco horas con un desgaste energético muy bajo. Le resulta gracioso porque la molestia radica en el control de la norma, en una variante de escritura y habla que no estaba dentro de estas reglas y que molestan a instituciones que se autorregulan como la Real Academia.

Las conclusiones de este intercambio de ideas nos dejan pensando en las profundas asimetrías, desigualdades y fisuras del lenguaje, esas que inciden directamente en opiniones, valores y prejuicios que se transforman en maneras de pensar y de percibir la realidad. Queda una misión clara: contribuir a la igualdad sustantiva en Latinoamérica y el mundo. Nos ronda por la cabeza que el primer derecho de cualquier persona es existir como ser humano, y eso implica el derecho a ser nombrada. Salimos de ahí sonriendo, disfrutando del lenguaje como algo vivo, sensible y en constante transformación dejamos atrás la sensación utilizar palabras inflexibles, rígidas y ajenas a las relaciones sociales.

Ya nos vamos, es tiempo de dar un último recorrido por lo que fue nuestro refugio durante tres días. Las maletas pesan más por lo libros que llevan dentro. El taxi nos espera… Mucho nos despedimos porque no queremos irnos. Intercambiamos teléfonos o abrazos con los nuevos y viejos conocidos. Después de eso, avanzamos sobre el pasillo que nos arrojará de nuevo a la realidad, el ruido del equipaje contra el suelo desaparece cuando la voz de Susana Harp, proveniente de alguno de los stands, inunda el ambiente:

Ayer, maravilla fui llorona

Y ahora ni sombra soy

Ayer, maravilla fui llorona

Y ahora ni sombra soy

 

Salías del templo un día llorona

Cuando al pasar yo te vi…

 América Gutiérrez

FILO 2019

Compartir:
Ver todas