La Independencia nacional de México comenzó mucho antes del periodo 1810 a 1821 y sus problemáticas fundamentales seguirían sin lograr un desenlace final décadas después. Los principios políticos fundamentales de una ciudadanía moderna confrontaron realidades heredadas que los frenaban, viciaban o vaciaban de su contenido radicalmente nuevo. No obstante era evidente que la Independencia se había asociado con una serie de impulsos de cambio en muchos órdenes de la vida que habían comenzado antes de 1810 y seguirían desarrollándose en las décadas posteriores. Los estudios aquí presentados hacen mucho por adelantar una apreciación crítica de las múltiples y largas transiciones que dieron lugar a un momento de singular importancia entre 1810 y 1821, para finalmente arrojar al escenario público del México independiente el reto de nuevos y cambiantes parámetros para su vida soberana. La vida política nacional evidencia que desde entonces la discusión del sentido y principios derivados de la Independencia alimenta todo debate mexicano con miras a una mejor vida para los miembros de la nación.