Cuando Amaury de Léoville, joven de buena presencia, distinguido y acaudalado, se presenta en casa de su tutor, el señor de Avrigny, decidido a pedirle la mano de su hija Madeleine, por quien es correspondido y junto a la cual ha crecido, no prevé encontrar obstáculo a su pretensión. De forma inesperada, sin embargo, los planes de los jóvenes se verán truncados, prendiendo la mecha de un tortuoso laberinto sentimental orquestado por los celos que no dejará a ningún personaje indemne.

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