La educación tiene como propósito principal ampliar nuestra perspectiva del mundo a la vez que conservar el legado de lo mejor de nuestra cultura. Hablamos de la educación auténtica, aquella que promueve aprendizajes significativos gracias a la asimilación y la reconstrucción de categorías de análisis que iluminen la realidad humana en general. Formar a los jóvenes en la universidad significa no sólo dotarlos de conocimientos y técnicas útiles para desempeñarse en el ámbito laboral, es también desarrollar su capacidad creativa, la conciencia crítica, la sensibilidad a los problemas sociales y el ánimo de empeñar esfuerzos para ayudar a resolverlos. Encontrar sentido de vida en la generosidad, la colaboración, la honestidad y la justicia, son acciones y actitudes que constituyen algunos de los grandes propósitos de la misión universitaria. ¿El esfuerzo cotidiano del profesor en el aula ayuda a alcanzar esos objetivos de formación?, ¿qué es aquello, de todo lo que se hace y se comparte en un curso, que permanece como significativo en las mentes y corazones de los estudiantes?, ¿qué caminos hay que transitar para lograr una conexión con los intereses y preocupaciones más profundas de los alumnos? Preguntas de este talante son las que animaron la empresa de indagar todo lo que nuestros estudiantes perciben como aprendizajes valiosos en los cursos que se imparten en el Área de Reflexión Universitaria en la Universidad Iberoamericana. Un equipo de investigadores se dio a la tarea de analizar miles de respuestas de los estudiantes para interpretarlas, reconstruirlas y poder desentrañar, en lo posible, el significado de lo valioso para ellos. El fruto de este esfuerzo es lo que se presenta y comparte en este libro.

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