Este libro es un esfuerzo colectivo y plural por sistematizar los aprendizajes de una amplia diversidad de casos que activistas, organizaciones y académicos han acompañado por la defensa del territorio y los derechos de los pueblos indígenas. Desde estas experiencias se profundiza en los efectos concretos que el modelo neoextractivo, impulsado desde las últimas décadas en México, ha provocado en el ambiente, los territorios y modos de vida de las comunidades. Al mismo tiempo, se trata de una historia de las resistencias, relatadas en varios de los casos por sus protagonistas. De ahí que se muestran vívidamente cómo se ponen en juego ideas, recursos, estrategias y legalidades que contribuyen al análisis político en torno a los derechos y sus usos frente a un escenario exacerbado de despojo. Sin pretender dar recetas acabadas, porque la singularidad de cada lucha nos enseña que no hay un camino unívoco, el libro problematiza en aquellos factores que han favorecido o no al logro de un control territorial efectivo por parte de los pueblos frente al poder de las corporaciones y de los gobiernos a su servicio; ejercicio que se vuelve imprescindible para encarar las resistencias del presente y del futuro.