La discusión pública y documentada de la prisión y el encierro representan un punto nodal para tener conocimientos y diagnosticar el funcionamiento del aparato jurídico y sus reflejos punitivos. El estudio de la cárcel produce, también, información sociodemográfica importante que evade los fórceps formalistas y conservadores que sólo pretenden aceitar y reforzar la maquinaria carcelaria para que siga siendo el principal instrumento formal del control penal. En esta obra, el lector obtendrá análisis y propuestas que le ayudarán a clarificar el significado de la prolongada y dilatada crisis que daña la vida de los reos y que exhibe la descomposición institucional. Se debe tener presente que algunas prácticas y costumbres que se han incubado en los espacios carcelarios se contraponen a los discursos y normas garantistas que en los últimos tiempos se han aprobado en la esfera legislativa y en organismos internacionales. Evidentemente, los retos son titánicos, no hay fórmulas mágicas ni pensamientos iluministas que puedan resolver unívocamente y en un solo acto la complejidad que entraña lo que se ha llamado en el ámbito regional como el genocidio carcelario. Las aportaciones multidisciplinarias y transdiciplinarias que hacen los autores de esta obra colectiva, académicos e investigadores, constituyen un serio y enérgico llamado para encontrar fórmulas distintas a las que predominan, a saber: la emergencia reactiva, el populismo punitivo y la legitimación política.