La educación en México está gravemente enferma, pero con la voluntad de los actores involucrados se puede revertir el diagnóstico. El modelo educativo actual de nuestro país ha dejado de contribuir a la movilidad social. El Estado se ha olvidado de la escuela pública y la educación se vuelve un factor mas que fomenta la pobreza y la desigualdad. Su creciente privatización, no garantiza que sea de mejor calidad, pero si la hace cada vez mas elitista y ello a estancado la movilidad social: el que nace pobre y sin oportunidades, vivirá siempre pobre y sin oportunidades. La única opción para romper este esquema es contar con un sistema de educación pública que evite la elitización y la privatización y que por ende reduzca la desigualdad. Es una cuestión de élite o raza. Vencer al SNTE no es la solución. La solución no está solamente en la infraestructura o en los recursos, sino en la capacitación o el nivel de los maestros como parte de un proyecto educativo con objetivos claros, al cuál se sumen todos los actores políticos y sociales involucrados.