«Dotar a un pueblo de un pasado común y fundar en ese origen remoto una identidad colectiva es quizá la más antigua yla más constante función social de la historia.»¿Para qué se estudia historia? ¿Por qué debemos asomarnos al opaco espejo del pasado? ¿En verdad la historia es una maestra devida, como se repite mecánicamente? ¿O acaso es un tribunal donde podemos juzgar a nuestros antecesores? En este libro, Enrique Florescano responde a estas preguntas. La historia, nos dice, es el oficio de la comprensión. Su estudio es una indag ación sobre el significado de la vida, individual y colectiva, de los seres humanos en el transcurso del tiempo. En esta obra fundamental de la historiografía, Enrique Florescano revisa con minuciosa lucidez las distintas funciones que desempeña y ha desempeñado la historia: su capacidad para tejer solidaridades y dotar de identidad a los grupos humanos; el conocimiento de lo extraño y lo remoto, que significa una disposición al asombro y una práctica de la tolerancia; la reconstrucción crítica delpasado, que impone la obligación de incluir las interpretaciones de los sectores marginados y oprimidos. Este libro también da cuen ta de cómo se ha ido construyendo el conocimiento histórico a lo largo de los siglos, desde la narrativa oral, el rito y el mito, hasta la memoria como imperativo moral y sus relaciones con la ficción. La función social de la historia constituye —como apunta Rodrigo Martínez Baracs en el prólogo de esta edición— el testamento intelectual de uno de los historiadores mexicanos más importantes de todos los tiempos.

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