Para defender los Derechos Humanos en nuestro tiempo es necesario el conocimiento del derecho inhumano, de los discursos que han servido para legitimar la destrucción de millones de vidas. Allí hay elementos que, lejos de desaparecer, reaparecen maquillados en nuestros días, infiltran discursos democráticos ocultando su perversa genealogía. El análisis de textos aberrantes permite descubrirlos. El campo poco trabajado de los estudios del derecho inhumano nos permitirá prevenirnos de estas infiltraciones, en particular en la actual etapa histórica de nuestra América, en que, con demasiada frecuencia, un pretendido pragmatismo jurídico posmoderno nos incita a la premodernidad y se mezcla con semillas del mal que germinaron en genocidios. El presente texto de Nicolai es -quizá- el extremo del romanticismo delirante autoritario: conviene estudiarlo.