Para escribir, pensé que había que captar ese canto que subsistía de un tiempo en que el libro no existía más que bajo su forma cantada y me dije que había llegado la hora de buscar a la mujer nómada. En un tren rumbo a Siberia la autora lee Los trazos de la canción de Bruce Chatwin. Y nace la novela que tenemos entre las manos, novela songline que es a su vez un gozoso torrente de voz palabra.

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