A través del paso del tiempo y conforme hemos venido experimentando en las audiencias y, en especial, en la audiencia intermedia, consideramos que vamos aprendiendo más y más; ello facilita el dinamismo de las celebraciones de audiencia. Pero no, por considerar que ya dominamos en su esencia la audiencia intermedia, permitamos actos violatorios de derechos humanos para las partes, en caso de que la audiencia se celebre a criterio del órgano jurisdiccional o de alguna de las partes y, por consecuencia, se haga un sin sentido de la audiencia, como sucede en varios estados de la república. Presenciamos que en diversas ocasiones sigue existiendo el autoritarismo de los órganos jurisdiccionales, locales y federales, donde, en el debate de medios de prueba, éstos son admitidos o excluidos por la pura voluntad del “yo”, y no se da una justificación más allá de la utilidad que pueden tener para ilustrar al tribunal de enjuiciamiento, aun cuando se advierta la ilicitud o la ilegalidad de la prueba. Asimismo, se ha venido desarrollando un sinnúmero de actuaciones desde la investigación, que deben revisarse, como es debido, para no caer en una vulneración de derechos humanos en su adquisición. A estas alturas, seguimos invitando a que se revise lo establecido en el artículo 251 y 252 del Código Nacional de Procedimientos Penales (CNPP), con la finalidad de evitar que se realicen algunas actuaciones que generan la ilicitud de la prueba, pues esto deja en estado de indefensión a la víctima directa o indirecta. Las actuaciones en la etapa intermedia, dígase en fase escrita u oral, implican, para decirlo con precisión, suficiencia lógica. No podemos dejar a un lado la lógica, ya que, de lo contrario, como es evidente, son inverosímiles los actos jurisdiccionales o las solicitudes planteadas por las partes. Cuando nos encontramos ya en la etapa intermedia, desde luego, porque el Ministerio Público ofertó la acusación por escrito, atendiendo a lo establecido en el artículo 324 del ordenamiento en cita, comenzamos a valuar especificaciones lógicas: qué razonar para hacer valer, en específico, qué y cómo podemos plantear la situación. Es por ello que en esta quinta edición trabajo el tema de especificaciones lógicas en particular: ¿qué debo hacer?, ¿cómo lo debo hacer?, ¿por qué lo debo hacer? Una vez que identificados estos aspectos, comenzamos a peticionar el tipo de audiencia en la que pretendemos hacer valer alguna de las especificaciones lógicas. Es decir, éstas conllevan las figuras jurídicas llamadas incidentes y que en conjunto se denominan nulidades en etapa intermedia. Cada uno de los incidentes que explico, de manera muy sencilla, pero con suficiencia lógica, abren la posibilidad para defendernos o, en su caso, atacar actos jurisdiccionales que son realizados vulnerando esferas jurídicas. Por ende, si no aplicamos alguna de estas figuras jurídicas, estaremos permitiendo algún acto que puede ser perjudicial para la parte que nos encontremos representando. Esta edición, que comprende el tema de las nulidades en la etapa intermedia, con la precisa intención de que no perdamos de vista que en la etapa intermedia podemos emplear un sinnúmero de actos jurídicos tendientes a defender o atacar actuaciones de las partes, permitiendo que, desde la hermenéutica, sea factible la aplicabilidad de los derechos humanos protegidos para los sujetos procesales, denominados actores principales, víctima e imputado. Seguimos construyendo el proceso penal acusatorio y en esta construcción no debemos perder de vista la importancia de vigilar el artículo 251 y 252, así como también el 132, 129, 227 y 228 del Código Nacional de Procedimientos Penales. En el plano hermenéutico, la vigilancia de estos artículos facilita mucho el respaldo inherente a las intervenciones primarias. No poner atención al respecto genera nulidades, en específico, en la etapa intermedia. Con gran orgullo, la quinta edición de esta obra fue concluida el 13 de noviembre de 2020 en un paraíso chiapaneco llamado rancho “El Espejo”, Acapetahua, Chiapas.