Las mejores ideas son las de Nelson Turrubiates. Él y sus amigos han hecho de todo: desde improvisar albercas hasta construir volcanes con lava de plástico. Ahora se les ocurrió hacer un minizoológico en un terreno baldío. Parece un juego inocente, pero será peligroso cuando intervenga la siniestra jueza de barrio.

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