Los enamoramientos suceden en cualquier lugar. Maia estaba en la veterinaria de su tía cuando entró León, atractivo de la cabeza a los pies. Si tenía un defecto, diría ella más tarde, era aquel mapache. Maia no podía ni verlos. Por desgracia, ese defecto resultaría el menor. Pero ella no podía saberlo. Antes de enamorarse por primera vez, su corazón estaba puesto en una fuerte amistad y en rescatar animales.

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