Al hablar de "sociedades secretas y reservadas" vienen a la mente agrupaciones de secrecía tan famosa como los masones. Para luchar contra esos grupos, la Iglesia católica favoreció la creación de sociedades homólogas y a la vez promovió su desmantelamiento. Un conjunto de estudiosos ofrece aquí un panorama más preciso de las diferentes organizaciones secretas, conocidas en el mundo católico como reservadas, y profundiza en su funcionamiento y alcances. El análisis de dichos grupos (desde la Unión Católica Méxicana hasta los Conejos, los Tecos, el FUAy el MURO) permite entender mejor las fuerzas radicales del catolicismo y sus métodos de acción. Los autores pudieron acceder a fuentes antes destinadas a usos internos de la Iglesia. Al consultar los acervos de reciente apertura, en particular el Archivo Secreto Vaticano, la investigación sobre la Iglesia como actor social se sitúa en la vanguardia del quehacer historiográfico y sociológico.