Carentes de esperanzas, los trabajadores del mundo repiten a diario la tragedia de la explotación capitalista. Este usufructo de toda capacidad humana se intensifica cuando el sujeto es su propio explotador; tal es el caso de los vendedores ambulantes, quienes toman la palabra en Sumar, la nueva novela de Diamela Eltit, para reunirse con otros ciudadanos vejados por un orden estatal que parece divino y comenzar a marchar.Esta es la gran marcha de los postergados, quienes no tienen permiso para trabajar en el espacio público y no accedieron al sueño de la propiedad. Una larga procesión de trescientos setenta días hacia la moneda y el centro de las injusticias sociales. En ella van el Casimiro Barrios, la Aurora Rojas y la Ángela Muñoz Arancibia, voces y cuerpos rebeldes, que avanzan por la ciudad y la historia como si se adentraran en una pesadilla, probablemente la eterna noche chilena.

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