Este cuarto tomo del Derecho para Adolescentes nos enfrenta a la teoría del delito para adolescentes en delito. Quiero llamar la atención, desde la introducción, acerca de que los niños, niñas y adolescentes tienen que enfrentar, y por ende soportar, tres enemigos especialmente graves para todos y, en especial, para ellos, tan vulnerables al error de los adultos. ¿Cuáles son estos tres enemigos? El primer enemigo es la Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre el derecho al libre desarrollo de la personalidad. El segundo, que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha aceptado el criterio de la Corte Interamericana sobre el derecho al libre desarrollo de la personalidad y, con ello, ha logrado introducir el consumo de marihuana, el matrimonio homosexual, la adopción de menores de edad por parejas homosexuales sin importar el sexo de los adolescentes, el divorcio sin causa, a pesar de la estadística negativa de violencia familiar y del divorcio como etiología de la delincuencia juvenil, el derecho de la madre de matar a su hijo en su propio vientre. Todo esto se logra sin necesidad de reforma constitucional o de la ley, al aplicar un amplísimo criterio de interpretación del derecho a la “no discriminación”. La “delincuencia juvenil está de fiesta” ante los “usos y costumbres” de los adultos. El tercer enemigo es la ideología de género que va introduciendo modos, costumbres y libertades que, desde hace muchos siglos, producen delincuencia en las niñas, niños y los adolescentes.