México, como una buena parte de la denominada región mesoamericana, cuenta con más de tres milenios de historia literaria, aun cuando sus evidencias o manifestaciones físicas difirieran de las existentes en Asia o en Europa; aun cuando su interpretación, apreciación y divulgación hubieran de esperar mucho tiempo; y aun cuando, inclusive, su cabal reconocimiento e inserción en el concierto literario universal tuvieran que aguardar la superación de diversos períodos de esplendor. La literatura americana en lengua castellana, iberoamericana o hispanoamericana, como mejor quede denominarla dependiendo del ángulo en que sea vista y del conjunto que abarque es una prueba viva de tradición y una presencia constante en la estética mundial; es una aportación invaluable a las letras universales. Puede considerarse, al cabo del estudio de este segmento de la literatura mundial, que se conoce un poco más de una de las artes más importantes creadas por el género humano, y que se es capaz de reconocer, al mismo tiempo, por qué ha sido, es y será fundamental en la preparación académica, en la fonnación personal y en la visión de la vida el papel que las letras han jugado en el desarrollo de la imaginación y en la comprensión de la historia de las sociedades.