Las teorías migratorias dominantes en las tres últimas décadas se han forjado sobre el axioma del carácter autónomo y espontáneo de los procesos migratorios. La escasez de oportunidades económicas en los lugares de origen o la falta de atractivo de las mismas; otros fenómenos de naturaleza social, como los cambios culturales y de pautas de consumo, o el capital social, ofrecen una explicación de por qué la gente emigra y de quienes emigran. Sin embargo, el mecanismo que mantiene la migración irregular es la demanda laboral en sectores intensivos de mano de obra no cualificada en los países receptores. Este libro fundamentado en el análisis de las entrevistas realizadas a ciento sesenta agentes facilitadores del cruce fronterizo, desarrolla la teoría de la demanda laboral y subraya el carácter inducido de la migración indocumentada. Asimismo, concluye que dentro del sistema migratorio México-Estados Unidos el coyotaje sirve en mayor medida a los intereses de los empleadores estadounidenses (a través del reclutamiento de mano de obra barata y esforzada para sectores específicos) que los de las redes sociales de los migrantes. La teoría de la demanda laboral implica que las políticas más adecuadas para hacer frente al problema migratorio deben desligarse del control fronterizo y las deportaciones, para centrarse en la imposición de sanciones efectivas a los empleadores. Aunque las sanciones a empleadores que contratan indocumentados son poco efectivas. Estas sanciones deben estar ligadas a una implementación rigurosa de los estándares laborales relativos a salarios, horas de trabajo, salud y seguridad laboral.